El texto de esta entrada es fruto de una petición que le hice a una buena amiga a la que conocí como sumisa dentro del ámbito BDSM hace unos años y que luego se instaló en mi vida por derecho propio. Una mujer extraordinaria con la que he tenido múltiples conversaciones de todo tipo, por supuesto de BDSM en muchas ocasiones. Algunas de sus innumerables cualidades es su capacidad para florecer en la adversidad y su humildad a la hora de escuchar versiones distintas a sus posicionamientos.
La intención de publicar esta entrada con su texto es, no tanto difundir mis excelencias, que también, sino para que vean que soy real, que existo, que tengo amistades que cultivo y que me ocupo y preocupo por ellas. No me dedico únicamente a mirar por las redes como una especie de ojo censor, sino que en mi vida real tengo integrada mi parte FemDom que muestro a quien quiero y me apetece. Y esto viene al hilo de mi última entrada con la que me quedó la sensación que podía parecer una tía borde a la que no le gustan que le molesten lo que tiene parte de verdad, no me gusta que me molesten pero no soy una tía borde en lo cotidiano. Puedo serlo en rol, qué duda cabe, cuando es el momento oportuno, esos momentos preciosos de sesión compartida con alguien que comprende y asume, ahí sí, por supuesto, pero no me identifica. Así que, en uno de nuestros paseos y conversaciones le dije ¿por qué no me escribes una entrada en donde expliques cuál es tu relación con ScheherezadeDom? Y, ella que es encantadora donde las haya, me dijo que lo pensaría para entregarme días después este texto que os comparto.
Ella ha elegido qué decir y cómo hacerlo, espero que les resulte interesante
Mi experiencia con la Señora Scheherezade Dom es una vivencia de agradecimiento y crecimiento continuo.
El Blog y las redes sociales
La Señora y yo nos seguíamos mutuamente en Twitter; también en Fetlife (hasta que eliminé mi perfil en ésta última). Por estas redes fui sabiendo más de Ella y de Su enriquecedora actividad divulgativa. También empezamos a intercambiar opiniones de manera privada.
El Blog de Scheherezade Dom, Tras las huella de una Dómina, si bien no iba inicialmente enfocado a mujeres sumisas, me fue ayudando a entender detalles inaccesibles para mí sobre este mundo. Su Blog me permitió llegar a pensamientos, reflexiones o vivencias que no estaban a mi alcance pero que fue posible proyectar; en muchos aspectos e independientemente del género de la parte Dominante o de la parte sumisa, la naturaleza del rol es muy coincidente. Es decir, los buenos consejos o los análisis que la Señora realiza para los sumisos me permitían ver mi propia sumisión reflejada en muchas ocasiones; esto me permitió corregir o enmendar algunos de mis pasos o decisiones.
Amistad y roles
En redes sociales habíamos empezado a intercambiar algunas opiniones, cada cual desde su propio rol. Ese primer contacto se convirtió pronto en una amistad, a raíz de empezar a quedar de manera presencial y con amigos comunes, ya que ambas vivimos en la misma ciudad.
Mi relación con la Señora, al principio, mantenía los protocolos básicos de relación social propios del BDSM, por los que una persona sumisa se dirige a una persona Dominante. Sin embargo, en poco tiempo, fuimos descubriendo que teníamos otros temas en común que iban alimentando nuestra relación de buena amistad. A día de hoy, esta amistad se ha convertido en uno de los pilares fundamentales de mi vida.
Llegar a tener a Scheherezade Dom entre mis amistades es un privilegio que jamás hubiera esperado. Ha sido, sin lugar a dudas, un regalo de la vida. La relación entre una Gran Señora y una sumisa no tiene que implicar necesariamente una presencia constante de ambos roles. He de decir que mi amistad con la persona es lo primero, el compartir lo cotidiano de la vida, nuestros problemas, o nuestras ilusiones y proyectos. Detrás de nuestros respectivos roles, estamos dos mujeres que compartimos, de manera equipotencial, un mismo mundo, si bien cada una lo vive en un plano opuesto al de la otra, y sin embargo de manera muy coincidente.
Cuando hablamos me evado de roles en la conversación pues, como dije antes, ante todo está la persona. También, cuando estamos juntas, de pronto recuerdo a Quien tengo a mi lado, a una de las grandes Señoras del BDSM de mi ciudad, sino a la más Grande, y admito que en ese momento merece ser priorizada o servida: si bien mi relación con Ella no viene definida en esos términos, tengo consciencia de lo que cada una es, y trato de no olvidarlo.
Las conversaciones que podamos tener Scheherezade Dom y yo se quedan en nuestra absoluta privacidad, si bien en este post transmito el privilegio que supone cada rato que podemos compartir, ya sea para hablar de nuestras vidas unas veces, o de BDSM y roles en otras ocasiones. En cualquier caso, siempre desde el absoluto respeto y el deseo de enriquecimiento mutuo.
Acompañamiento en mi sumisión
A nivel personal, la Señora ha compartido conmigo su experiencia y su conocimiento y me ha dado excelentes consejos y pautas en momentos confusos que he pasado en mi sumisión. Por mis circunstancias personales he vivido altibajos para aceptar esa condición en mí. He pasado por momentos de negarme lo que soy, de no aceptarme, con las consecuencias emocionales que eso tenía al no permitirme a mí misma vivir mi rol. Hablando con la Señora hemos indagado juntas en la naturaleza de ambos roles y en cómo los proyectamos en nuestras respectivas vidas. Afrontar mi rol de sumisa y desconocer las razones que me movían a sentir este rol, eran mis principales conflictos internos. La Señora Scheherezade Dom estuvo en esos momentos como amiga y como experta para ayudarme a aclarar esas dudas para, progresivamente, aceptarme como lo que soy.
Paso a sintetizar el aprendizaje que he vivido con ella, con respecto a mi sumisión:
¿Qué buscas en tu sumisión?
Cuando Ella me planteó esta pregunta, entré en una fase de bloqueo interno. Estuve varias semanas tratando de averiguar la respuesta, pues, admito, que no sabía lo que realmente estaba buscando como sumisa. Aunque aún sigo buscando la respuesta, es posible que estuviera llenando una serie de huecos afectivos en mi vida. Esta pregunta supuso un antes y un después en mi manera de verme como sumisa, y también en la manera de relacionarme a nivel de Amo.
¿Para qué eres sumisa?
En esta ocasión, con esta pregunta de la Señora, frené y replanteé toda una trayectoria de justificaciones de lo que sentía como sumisa, y de lo que realmente buscaba lograr o vivir dentro de la sumisión. Empezaba a ver claro lo que había detrás de este instinto.
Acéptate en tu sumisión
Una vez que pude entenderme a mí misma en mi rol, fue como si de pronto se aclararan muchos temas que antes ni siquiera tenía detectados. Realmente, fue una liberación, y lo que es mejor, tras quitarme ese peso emocional, he podido replantear el sentido que tiene en mi vida vivir la sumisión.
Creo que todas las personas que vivimos en roles BDSM deberíamos hacernos este tipo de cuestiones, para conocernos más y llegar a entender el por qué de nuestros fetiches. La respuesta que logremos dar nos puede sorprender a nosotros mismos.
Ahora sé lo que soy, por qué lo soy y para qué lo vivo; no es ya una huida hacia delante, como lo fue en otra época: ahora es una decisión libre, firme, pero a la vez es más sencilla de evitar por mi parte. Me siento menos esclava de mi propio rol, y a la vez más dueña del mismo. Cuando se ha vivido el rol de sumisa desde estados emocionales de dependencia, esta nueva forma de sentirlo me hace sentir una libertad como sumisa que, en un futuro, podría permitirme enfocar mi rol de manera más coherente y centrada.
Aprovecho para agradecer también a otras personas de la comunidad su apoyo y compañía durante mis procesos. E/ell@s saben muy bien quiénes son.
Sol