La Dominación mental en BDSM requiere tiempo y paciencia para crear confianza entre Dominante y sumiso. Implica un profundo conocimiento mutuo, empatía y compromiso. No todos los Dominantes o sumisos están preparados para este nivel de intimidad y responsabilidad. Es un proceso lento que va más allá de las sesiones puntuales.

Uno de los puntos más controvertidos dentro del Bdsm es la Dominación mental, también denominada sumisión mental dependiendo de la elección del rol en el que se haga hincapié a la hora de explicarlo.

Leyendo debates y comentarios por las redes me sorprende que sea un tema bastante referido en el Maledom pero poco comentado en el Femdom, y creo tener alguna idea de porqué que más abajo expondré.

Es un tema complejo de explicar porque a veces los límites entre Dominación y manipulación parecen poco definidos y da lugar a malas interpretaciones.

Empecemos diciendo que no toda forma de Dominación es mental. Los integrantes de la relacion de D/s después de las conversaciones necesarias aceptan y asumen una relación bien parcial o puntual sin mayor compromiso. Se puede tener una relación únicamente de juegos o sesiones sin que implique nada más allá que un vínculo que se genera puntualmente en esos momentos previos y posteriores al juego pero que no compromete a nada más. Tras las conversaciones de acuerdos y límites, se juega, se realiza el aftercare y ahí acaba el vínculo.

En la Dominación o sumisión mental todo es bastante más lento. Lo primero y más básico es que el Dominante debe crear un clima de confianza con el sumiso que lleva bastante tiempo de conseguir. Si alguien confía a ciegas de repente hay que ser muy inocente o muy inconsciente para creerse algo así, ni por muy buenas vibraciones que nos lleguen.

La mayoría de los contactos suelen empezar por chat, y conocer a alguien lleva mucho tiempo. Así que lo fundamental es tomarse el tiempo necesario para que se vaya fraguando esa confianza. El Dominante poco a poco valora, a través de las conversaciones sin precipitación el tipo de sumiso con el que está entablando esa especie de amistad inicial, si ese sumiso puede ser un sumiso mental. Debe observar si como personas hay feeling y comodidad a la hora de conversar. Si hay intereses y gustos en común que los acerquen y los atraigan. Por tanto, el Dominante no tendrá ninguna prisa, e irá recabando información acerca del tipo de persona que es el sumiso/a, sus experiencias, sus fantasías, sus deseos, sus necesidades… hasta que el sumiso vaya confiando en esa persona y cree la necesidad de estar en contacto cada vez más permanente con Él o Ella. Por tanto, el Dominante debe tener una capacidad de escucha muy empática, que sea capaz no sólo de escuchar sino de prestar atención no sólo a las palabras dichas, sino a las rectificaciones, errores, etc., que le haga tener la máxima información de la otra persona y que entienda lo más posible su psique. Y viceversa. El sumiso también tiene que tener ese interés por el Dominante. Esta es una de las grandes dificultades de la Dominación mental.

No todos los Dominantes tienen la paciencia ni la empatía, ni el tiempo, ni la necesidad, de entender de forma muy íntima a la otra persona. Y nunca se tiene garantías de éxito. De ahí que no haya muchos Dominantes proclives a hacerlo. El Dominante debe ser consciente y entender muy bien las necesidades, deseos y fantasías de los sumisos, en general, para luego ocuparse de las particularidades de la persona que llega a ti. Si no comprendes la psicología de un sumiso dudo que se pueda ser un buen Amo/a.

Debe quedar muy claro que el ritmo lo va a imponer el Dominante, especialmente en este tipo de relaciones, es el Dominante el que sabe cuándo ir dando los pasos adecuados para que el sumiso empiece a sentir la necesidad de conocer en real a esa persona.

Queda claro, por tanto, que yo no hablo de Dominación mental como Dominación virtual. La virtual únicamente juega con las fantasías fundamentalmente y, para mí, la Dominación mental es algo real y palpable.

Con la Dominación mental se genera de forma paralela la idea de compromiso. Si el sumiso es desatendido una vez iniciado el vínculo, su angustia va a ser grande. El Dominante debe ser consciente de ello y estar para atenderlo, eso sólo se logra cuando la relación ha avanzado y existe el compromiso por parte del Dominante de ocuparse del sumiso. Es decir, lo ha aceptado. Y ese compromiso implica responsabilidad. El sumiso debe saber que el contacto con el Dominante es contínuo y que localizar a su Dominante es fácil porque para él/ella es accesible.
Entrar en la cabeza de una persona es algo muy complicado no sólo porque el sumiso debe sentir esa predisposición sino porque el Dominante debe tener cualidades psicológicas aptas para ello. Ni todos los sumisos desean que haya un Dominante que vaya introduciéndose en su cabeza y generando una dependencia ni todos los Dominantes desean la responsabilidad que conlleva esa dependencia tan fuerte que se genera en el sumiso.

Como fantasía, es un tipo de Dominación, que mucha gente tiene, pero pocas consiguen llevar a cabo porque los requisitos y exigencias para ambos son muchos y en esta sociedad actual donde prima el consumo acelerado de personas, este tipo de relación tan pausado no tiene demasiada cabida más que en la imaginación.

He leído en algún blog hasta directrices para meterse en la cabeza de una sumisa. A mí me parece absurdo. Creo que la manera más honesta es sentir interés por esa persona que se irá transformando en sumisa a fuerza de confianza y deseo.

Continuará… Objetivos de la Dominación mental

5 comentarios en «La Dominación mental, ¿mito o realidad?»

  1. Buenos días, Señora Scherezade, ahora que estamos en este confinamiento hay tiempo para todo y entre este está el retroceder antes de conocerle y leer sus entradas. En este sentido manifestamos que la “Dominación mental” es algo que, a nuestro juicio, solo es posible en relaciones D/s estables, a largo plazo ya que supone no solo una confianza total entre ambos sino también un conocimiento cada vez mayor de ambos. Y esto en base a una comunicación permanente, abriéndose “en canal” ante el otro, sin secretos, sin tabúes.
    Es ese conocimiento, esa confianza y esa comunicación la que va a permitir a ambos el avanzar desde un primer inicio hasta donde ambos deseen llegar. Nosotros tras varios años de relación estable aún estamos construyendo nuestra relación, en todos los sentidos. Si creemos que se han de tener muy claros los objetivos, donde se quiere llegar, hasta dónde, para que todas las acciones vayan encaminadas a la consecución de los mismos.
    Por supuesto que la “dominación mental” no es algo como una práctica que se puede llevar a cabo de forma inmediata. Esta requiere de tiempo, paciencia y de ir muy poco a poco entrando en el otro. El Ama irá reeducando a su sumiso a gusto y manera, lo irá transformando, haciendo que interiorice todo lo que Ella desea obtener de él. El sumiso ha de estar en disposición de abrir su mente e interiorizar con gusto y felicidad todo lo que su Ama vaya disponiendo.
    En una de nuestras muchas conversaciones tocamos este tema: ¿dónde queremos llegar? y tanto mi SEÑORA como yo lo tenemos muy claro. Yo deseo ser un “esclavo perfecto” para Ella y a su vez Ella desea ir modificando mis formas, mis actitudes y mis gustos en solo los suyos. Todo esto por supuesto con deseo de ambos, con alegría y felicidad por encaminarnos ahí.

    Bien, esta es nuestra pequeña aportación. Un saludo muy cordial y afectuoso de SEÑORA y jm[SEÑORA]

  2. A veces es bastante desgastante.
    Se emplea mucho tiempo.
    Conocerlo día a día.
    Lo probé en una oportunidad y es algo muy difícil . El ritmo acelerado en que vivimos de alguna manera entorpece hacerlo de una manera eficaz.
    También es importante el tipo de sumiso, el cuál es difícil de encontrar.

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