Hay muchas personas que andan muy confundidas pensando que en el Bdsm todo o cualquier cosa está permitido y que el Amo o la Ama hace en todo momento lo que le da la gana sin tener en cuenta al sumiso. Eso no es Bdsm, eso es abuso o manipulación y es un tema muy importante y a tener en cuenta. Está circulando mucha desinformación al respecto.
Un Amo no hace lo que le da la gana en todo momento y con cualquiera. No hace sesiones sin acuerdos.
Cualquier vainilla (persona fuera del ámbito del Bdsm con sexo convencional) puede tener una imagen muy desfasada de la realidad de las relaciones Bdsm, ven imágenes de mujeres u hombres postrados a los que se les somete a un montón de prácticas que les puede parecer auténticas torturas medievales y creen que eso es maltrato y no lo es.
Para que exista maltrato la persona sujeto de maltrato no desea recibirlo, no siente ningún placer sino únicamente dolor físico y, especialmente, dolor psíquico porque no entiende el motivo del comportamiento de la otra persona, sea amada o no. La persona maltratada se siente engañada, amenazada, humillada, infravalorada y con unos niveles de autoestima muy bajos y no puede parar esa circunstancia por mucho que lo desee. Pueden ser momentos puntuales o situaciones cotidianas y diarias. En la mayoría de las ocasiones no pueden escapar y se sienten acorraladas sintiéndose culpables por todo lo que están viviendo. El maltratador hacen sentir al sujeto maltratado muy culpable y tras el episodio de cólera física o psíquica, puede pedir perdón y ser la víctima la que acabe teniendo que consolar al maltratador porque lo ve como sujeto indefenso hacia su propio carácter incontrolable. Se crea un círculo vicioso y pernicioso del que es muy difícil salir y por eso hay tantas asociaciones que facilitan ayuda a ese tipo de personas, porque tanto maltrato hay hacia mujeres como a hombres. De estos últimos poco se habla pero existen y son numerosos, pero si ya la vergüenza de la mujer es grande, la de los hombres es aún mayor. Suelen sufrir maltrato psíquico en buena medida y ese maltrato es más silencioso.
Por supuesto no voy a hablar de la violencia de género porque no es el objetivo de la entrada del blog sino de que se vean las diferencias que existen con el Bdsm.
¿Por qué el título de Paradoja? Porque parece lo contrario de lo que parece, es decir, las personas que no conozcan el Bdsm pueden tener la sensación de maltrato pero en el Bdsm todo se acuerda.
Ya me referí en otro post a los límites, es decir, a lo que no se desea o no se está dispuesto a tolerar, pero es que el tema de los acuerdos llega a todas partes. Tanto Amo como sumiso siempre son libres de decir NO. Siempre, ya se denominen sumisos, esclavos o como se quieran denominar. Una vez acordado todo, incluso así, todos podemos decir NO. Una vez llegada a esa negativa ya dependiendo de la relación se vuelve a negociar o se rompe el juego o el vínculo.
Entonces, cuando vemos una foto de una mujer postrada a los pies de un hombre siendo azotada, por poner un ejemplo convencional, muchas feministas esgrimen que esa imagen es maltrato y que se lleva muchos años luchando para que eso no suceda. Pero es que esa mujer azotada ha acordado con su Dominante eso. Siente placer, es una decisión consciente y voluntaria y forma parte de su acto de libertad elegir cómo vivir su sexualidad. Es su elección, es su decisión. Pues con los sumisos igual.
Quien dentro del Bdsm no tenga muy claro este tema está o siendo manipulado o se está dejando maltratar o, también, puede estar desinformado. Una sumisa no tiene porqué aceptar una cesión a otro Amo si ella no quiere y si lo acepta se negocian las condiciones. Un sumiso no tiene por qué soportar determinados tipos de humillaciones por mucho que elAma le parezca sumamente divertido. Que sirvan estos dos ejemplos como botón de muestra de a lo que me refiero.
¿Por qué explico esto? Porque cuando esto lo comento de forma privada con algún sumiso que fantasea con esa entrega absoluta y total en donde sentirse como un despojo y que el Ama haga con él lo que quiera (la mayoría tiene esa fantasía recurrente e irrealizable por lo general a no ser en situaciones muy concretas que ahora no vienen al caso) un halo de desilusión se trasluce en sus respuestas y luego la pregunta ¿y si todo está acordado dónde está la Dominación? preguntan decepcionados. La Dominación está en la astucia, la creatividad, el deseo, en la inteligencia y fantasía del que Domina. Si un Dominante con tantos condicionantes que maneja, límites, acuerdos etc. y teniéndolos en cuenta siempre, es capaz de montar una o muchas sesiones en donde el sumiso olvide todo eso, que le trasporte a un espacio y a un tiempo diferente, a llevarle a sentir cosas inimaginables. Eso, señores, es magia y eso es el Bdsm.
Buen artículo, como todo lo que escribes.
Puntualizo varias cosas aunque sé que son de dominio público.
Por un lado está el que desde luego todo se acuerda de antemano, pero muchas veces se dan casos en los que «se abusa» de ese consenso más allá del hecho de «estirar» un límite. Eso también es maltrato oculto en ese supuesto consenso que ha de haber entre Dominante y sumiso. Como bien dices, renegociar se hace necesario y debería ser algo habitual en este tipo de relaciones.
Por otro lado, respecto a lo que cuentas al fina de que si todo está pactado, dónde está la Dominación… Yo veo que cuando un sumiso te expone sus fantasias y tú le dices que estás de acuerdo y que también son tuyas dichas fantasías, ya de por sí hay un pacto y un consenso entre ambos. Quizás de no se pierde esa magia firmando un acuerdo formal de que tal o cual práctica se va a realizar, por lo que en la mente del sumiso aun persiste la idea de que eso es una fantasía y que en alguna ocasión puede darse (aunque no sepa cuando exáctamente).
De todas formas, las fantasías son eso, fantasías. Algunas realizables, otras no. Pero desde luego una válvula de escape mental a nuestros deseos. El hecho de no tener satisfecha esa fantasía puede alentar más al sumiso, pero no quiere decir que cuando se pacta algo, deje de notarse la acción de la parte Dominante. De hecho, uno pacta diferentes prácticas o situaciones, el cómo se desarrolle dentro de ese límite está a criterio del Dom (y desde luego él/ella sabrá hacer que en dicho momento se note o no el sometimiento del sumiso).
Por mucho que todo quede hablado y pactado, siempre es el Dominante el que elige qué hacer en cada sesión, hasta dónde llevarla o no. Si realizar algo de la fantasía del sumiso o no, porque hay muchos tipos de sesiones, incluso hay sesiones de castigo en donde no se hace nada que pueda excitar sexualmente al sumiso. Por eso digo que ya todo depende del Dominante, de su capacidad. Gracias por su comentario, caballero.