Hace poco tuve una conversación a propósito del tema de los límites. Hoy comentaré mi opinión al respecto.
Por límite en el BDSM se entiende aquello que por ambas partes no se está dispuesto a aceptar. Siempre se habla de los límites de los sumisos pero los Dominantes también los tenemos. Yo hay prácticas que no acepto realizar ni me interesan. Yo lo denomino limites estrictos o infranqueables. Pueden tener origen en mi moral, mis gustos o por lo que sea. Evidentemente al ser yo la Dominante yo decido qué realizo o cómo llevo una sesión con lo cual, es evidente, que nunca haré nada que tenga que ver con mis límites. Yo domino, yo decido.
A la hora de interactuar con alguien siempre, insisto, siempre hay que aclarar los límites, tanto por una parte como por otra. Si mi límite es el scat está claro que aceptar a un sumiso a mi cargo que tenga esa fantasía es una contradicción por mucho que él diga que no le importa, tarde o temprano Una se encuentra de pleno con esas fantasías, especialmente con las no resueltas.
Es fundamental tener plena consciencia de los límites del sumiso, hay que indagar en ellos y valorarlos, que no juzgarlos. Generalmente los sumisos suelen hablar de sus límites sin mucho problema, los que saben de Bdsm lo tienen claro, los miedosos tendrán un listado casi infinito, los osados ninguno. Todo esto nos va dando pistas del tipo de sumiso con el que estamos contactando o que tenemos delante. Por lo general todo el mundo tiene límites, es normal y razonable, lo que no me parece demasiado sano psíquicamente es no tenerlos, a no ser que estemos ante alguien con una enorme fantasía y muy poco conocimiento de la realidad. Estos últimos son unos inconscientes y probablemente jamás ni siquiera se atrevan a una sesión real.
Entre fantasía y realidad a veces hay mucha distancia. Hay fantasías realizables, algunas que necesitan tiempo para que se lleven a cabo y otras irrealizables. En el ámbito de la fantasía todo es posible, delicioso y morboso, no hay nada de lo que avengonzarse pero lo real tiene muchísimas más aristas porque entra en juego más sentimientos como los prejuicios, la moral, la culpa, entre otros, y eso ya hay que saber gestionarlo individualmente o con la persona con la que interactúes.
Muchos sumisos tienen miedo a llegar a una relación con una Ama que le haga traspasar sus límites. Que dé vértigo es normal pero no debe ser paralizante. Es la elección del tipo de Ama lo que se debe tener en cuenta. La dinámica de una relación Bdsm va a llevar a que los límites se transgredan de forma natural por la propia dinámica de la relación. Si la Ama es la adecuada lo va a llevar a donde Ella decida incluso a superar algún límite o varios. No hablo aquí en que el sumiso deba obedecer sin más, que en algunos casos deberá hacerlo, sino a que Ella sea capaz de implantar el deseo de superación en la cabeza del sumiso, bien sea porque crea que no enfrentarse a eso se deba únicamente a una resistencia o bien que está preparado para dar el paso. Esos límites que son superables son lo que denomino limites flexibles o franqueables.
Los infranqueables siempre deben respetarse, los flexibles dejan margen de actuación. A veces el sumiso no tiene clara esta diferencia y lo que parecía infranqueable empieza a tornar laxo en función de las prácticas, las conversaciones, la complicidad y el buen entendimiento con su Ama. Si confía en Ella será más dúctil, se mostrará más receptivo y sentirá orgullo de su superación porque siente que su entrega es fuerte. Eso le hará a él más fuerte y más seguro. Ellos reconocen a una buena Ama, entre otras cosas, por la capacidad de aquélla de sortearlos. Hay que ser pacientes y sagaces. Conocer su psicología y el momento en que esté preparado incluso aunque él no sea consciente de que lo está. Ahí radica la astucia y la inteligencia del Dominante.
Es muy importante conocerse a fondo, no sólo al otro, sino fundamentalmente uno mismo. Qué gusta, qué necesita, qué desea, qué no soporta, qué le da asco. Todo. Lo bueno y lo malo. Mientras mejor te conozcas a ti mismo y mejor a la otra persona menos errores se cometerán y, en el tema de los límites se pueden cometer errores muy graves y que pueden dejar secuelas psíquicas porque los límites entran más en el ámbito de la psique que de lo material. Hay que ser prudentes y saber que en nuestras manos hay una persona con sus miedos y sus conflictos, una persona real además de un rol.
En el caso de que un Dominante se equivoque porque el momento no sea el adecuado o se haya equivocado en una práctica concreta lo mejor es reconocerlo, ser consciente del error y hacerlo saber al sumiso. No somos infalibles, no somos dioses, aunque ellos nos eleven a ese rango por devoción, podemos equivocarnos como cualquier persona. Reconocer el error y tener la humildad de decirlo, en ocasiones, cierra la fisura de ese mal paso porque ellos suelen reconocer, incluso más que nosotros mismos, que somos humanos aunque engrandecidos por su visión.
Personalmente, cuando empiezo a conocer a alguien (generalmente una sumisa) y me dices de primeras que tiene muy pocos límites, por lo general entiendo que lo que hay es poca experiencia o una mente poco retorcida.
Es cuando la confronto con la mia misma y empiezo a preguntar por determinadas fantasías, cuando muchas veces surge la duda y se empiezan a tener algunas dudas acerca de los límites.
Ojo, no digo que yo no los tenga (que los tengo) o que tenga una mente perversa (que la tengo), sino a que muchas veces repetimos el sota, caballo y rey de los límites como si fueran los únicos que existen.
Pueden haber límites desconocidos. Los más habituales suelen estar claros y muchas personas no se conocen lo suficiente ni conocen las prácticas lo suficiente como para poner más y con eso hay que tener cuidado. Especialmente cuando en una sesión puede haber situaciones que generen conflictos por malos entendidos o desconocimiento. De hecho hay listados por Internet relativos a clarificar de modo exhaustivo todo el tema de los límites. Gracias por tu comentario Juan Miller.
Exacto, muchas veces el límite es el desconocimiento en sí mismo. Desconocimiento por inconsciencia de las situaciones que se pueden plantear, desconocimiento por prejuicio, o por ignorancia pura. Ya sea para un lado (límites que aparecen a posteriori con las situaciones que se presentan), como para el otro que se comentaba (uno que a priori en un STOP, pasa a ser un warning, y posteriormente termina por ser una meta, muy gratificante al ser alcanzada por lo impensable que parecía anteriormente).
Así es. Uno va descubriéndose poco a poco conforme practica el Bdsm. Caen algunos o muchos prejuicios y se puede vivir una sexualidad más plena y libre de tabúes. Gracias por tu comentario