Hombre sirviendo a una Dama
Un sumiso narra su proceso de entrega, lleno de obstáculos hasta encontrar a la Dómina que transformaría su vida. Desde cargar sus bolsas en una tarde de compras hasta su primera sesión, cada instante a Su Servicio consolidó su felicidad y devoción hacia una Diosa única y poderosa.

Mi camino hacia la entrega

Mi camino hacia la entrega ha sido largo, oculto la mayor parte del tiempo por otros sueños y anhelos, subterráneo y forjado con paciencia por la vida o el destino hasta que brotó con una fuerza arrolladora y me arrastró hasta este nuevo, fascinante y desconocido mundo. . Mis pasos solitarios y llenos de tropiezos me conducían hasta Ella sin imaginarlo ni sospecharlo siquiera.

El primer encuentro

Ella. Una Diosa pletórica de juventud y belleza , en la que, por sus publicaciones y sus pocas interacciones conmigo, adivinaba una personalidad fuerte y dominante muy atractiva. Una Diosa que me concedió el inestimable e inmerecido privilegio de acompañarla esa tarde de compras por aquel gran centro comercial, cargando con sus bolsas.

Como expliqué en mi anterior escrito, me confundí de entrada y llegué tarde a nuestro encuentro, lo que provocó su lógico enfado. Antes de verla en persona, ya conocí su ira; cuando nos encontramos y me deshice en disculpas, todo avergonzado, conocí también su gran generosidad al perdonarme . Inmediatamente después, me dio las primeras indicaciones de cómo debía comportarme con Ella: tratarla siempre de Usted y, cuando estuviéramos juntos, caminar un par de pasos por detrás de Ella.

La experiencia de servirla

Así empezamos a recorrer aquel gran centro comercial. Entramos en diferentes tiendas, y yo intentaba caminar siempre dos pasos por detrás de Ella , pero sin quedarme muy atrás. Esto, al principio, me costó un poco. Mientras paseábamos, charlábamos de forma agradable y distendida, y comprobé que podía ser tan agradable y divertida como firme y estricta cuando era necesario.

En un momento determinado, entramos en una zapatería. La Diosa eligió algunos zapatos y se sentó para probárselos. Entonces me dio su primera orden , aunque lo dijo de forma tan natural que no lo parecía:

“Ayúdame a descalzarme y a ponerme los zapatos”.

Sin reparar ni un segundo en lo que podía pensar las clientas ni las dependientes, clavé al instante una rodilla en el suelo — la primera vez que me arrodillaba ante alguien — y, con el mayor cuidado, desaté los cordones de sus zapatillas y se las quité, junto con sus calcetines blancos. Ajusté, con la misma emoción, varios zapatos en sus bellísimos pies. Este acto, que nunca antes había considerado especial, me pareció precioso y me conmovió profundamente.

Momentos imborrables

Tras aquella experiencia, tuve el honor de llevarla en mi coche hasta su casa. Ante la puerta de su edificio, me tendió el brazo para que besara Su Mano como gesto de despedida. Este gesto fue el broche perfecto de una tarde inolvidable: 28 de abril de 2022 .

Durante las siguientes semanas, Ella me ofreció nuevas oportunidades de servirla, y yo las acepté encantado. Una mañana, por ejemplo, la llevé a una oficina de correos y luego paramos a desayunar juntos. Aquella simple mañana de viernes fue indescriptiblemente placentera: pedir permiso para tomar mi desayuno , pagar el suyo y disfrutar de su compañía se convirtió en momentos imborrables.

Nuestra primera sesión

Antes de que ella regresara al extranjero, le pedí una sesión. Aunque estaba muy ocupada, me concedió una hora de su valioso tiempo . Esa tarde del último viernes de junio, me presenté nervioso y emocionado en una habitación que yo había reservado.

Su primera orden fue clara:

“Desnúdate y ponte de rodillas.”

Con profundo respeto y confianza, me arrodillé ante Ella, entregándole el tributo acordado. A partir de ese momento, mi posición natural en Su Presencia fue a Sus Pies . Acariciarlos, lamérselos y adorarlos se convirtió en un acto que disfruté profundamente, aunque en ese momento pensé que Ella no lo había disfrutado tanto.

Después, llegaron los azotes . A pesar de mi inexperiencia, Ella demostró una gran responsabilidad, atenuando su sadismo natural para asegurarse de que la experiencia fuera placentera y segura para mí.

Finalmente, una de mis fantasías más profundas se hizo realidad: sentirme poseído por Ella. Esta experiencia, más mental que física, me hizo descubrir un nivel de placer que jamás había imaginado.

Una relacion que trasciende la distancia

Tras su partida, nuestra relación D/s continuó a pesar de la distancia. Dos años y medio después, sigo sonriendo al recordar esos momentos. Este texto es un homenaje a la Mujer que transformó mi vida y despertó en mí la verdadera felicidad a través de la entrega .

NOTA aclaratoria: su primera reacción cuando ha leído mi escrito ha sido preguntarme por qué creía que no había disfrutado nuestra primera sesión; impresión de novato, pues me ha aclarado que le gustó mucho, y este escrito también le gusta mucho. Vuelvo a estar por las nubes.

Mariodulcesumiso

2 comentarios en «Diario de un Sumiso Tardío: Mi Camino Hacia la Entrega por Mariodulcesumiso»

  1. Hello, I Have read your blog and is inspiring, I´m a beautiful woman that like to be treated like a princess, I´d also love to have a servant (a fine man) that respect me an my authority.

    PS: I lOVE your blog

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