Quiero acabar este año 2019 con una historia esperanzadora para que brindemos por la posibilidad de que se cumplan nuestros sueños con firme convencimiento.

Llevo unos días magníficos en donde bastantes personas me están dejando por Twitter lo que piensan de mi blog y me llena de alegría ver que se consulta, se lee, sirve de guía y de referencia, y eso les anima, también, a que me cuenten algunas de sus historias. Historias preciosas, consultas bellísimas que quiero ir compartiendo con vosotros porque no quiero que se pierdan aunque me hayan hecho a Mí depositaria de esas narraciones.

Cuando comparto alguna consulta o una vivencia mi ánimo es poder ayudarles porque soy consciente de que hay muchas personas hartas de no encontrar, frustradas,  decepcionadas, cansadas y desanimadas y a Mí me gustaría darles un rayo de esperanza, decirles que puede existir esa persona que aparezca, bien de fuera, bien de dentro. Sé que este mundo FemDom es inhóspito y desangelado, que hay mucho trasiego monetario que contamina la visión distorsionando que la FemDom no es más que Dominación Femenina dentro del BDSM. Punto.

Empezaré compartiendo la historia que me ha contado una Dómina. Los que siguen este blog habrán observado que apenas tengo referencias a Dóminas, exceptuando a Dómina Zara a propósito de su libro que me leí con fruición, y a mi amiga Dómina Cloe. La realidad es que las Dóminas ni me consultan ni me escriben y, alguna que me ha contado alguna historia me ha parecido un fake. Alguna otra me ha dado las gracias de manera somera y poco más. Imagino que me leerán o espero que me lean, la verdad, y ahora me doy cuenta que si bien tengo una entrada respecto a que los sumisos no hablan, creo que quizás sea hora de hablar también del silencio de las Amas. Tendré que investigar.

No me voy a extender porque aquí no soy Yo la protagonista, sino que lo es Mistress I., que ha querido compartir conmigo su preciosa historia que aquí les dejo:

Entonces en diciembre del 2018 presenté las funciones de Navidad en el teatro del pueblo. Y él las grababa. Subida sobre el escenario vestida de rojo y falda negra de cuero dice que me vió por primera vez con ojos de sumiso. Pero al segundo se lo quitó de la cabeza.

Pasaron los meses y a través de mi perfil real en Twitter repliqué a un escritor un twit criticando a los profesores. Mi sumiso lo leyó y al ver que éste se bajaba los pantalones ante mí volvió a notar mi fuerza y se sintió tentado de nuevo a acercarse. Y lo hizo.

Sutilmente, con mensajes de WhatsApp, siguiendo mis pasos por Facebook, Instagram, etc empezamos a hablar, reir, descubrirnos. Horas y horas. Yo sentía una atracción inmensa y se me fué abriendo. Hablamos de fetichismo, zapatos, pies…

Yo le conté que en mi anterior destino mis compañeros me llamaban coordinatrix (coordinaba a los maestros)

Él se abría y yo absorbía.

En agosto nos encontramos de casualidad durante diferentes momentos. Era pura atracción. El 30 ya tomamos algo. Pero como amigos. Pasaban los días y era un juego sin freno. Y tras una comida juntos en la que me confesó que era sumiso desde los 18 años yo le escuché con asombro y cariño. Curiosidad dentro de mí. Sin juzgar. Porqué durante todo el largo verano se me movieron cosas dentro de mí.

Empecé a descubrirme. A entender el porqué de un vacío constante que había tenido toda mi vida. La apatía en mi matrimonio que iba a la deriva. Mi identidad personal. Muchas cosas….

Y el 20 de septiembre pasó. En su despacho me cogió un pié calzado y me lo empezó a besar y yo lo sentí todo de golpe. Tras ello le dije: quieres que sea yo? Y él me dijo. SI. Y empecé a ser su Ama. Empezando de cero pero visto todo lo que ha pasado y la naturalidad con la que avanzo y lo siento lo debo haber tenido en letargo toda la vida. Me asombra la facilidad de mis reacciones. 

Sesionamos, vivimos una relación BDSM intensa basada en la amistad, confianza y amor. Nadie lo sabe. Nos queremos con locura y yo ejerzo mi rol con coherencia. Empecé a leer. Te descubrí. Me vi reflejada en tus escritos. Fué liberador

Precioso. Me he permitido subrayar algunas frases que me parecen significativas de su discurso y he eliminado cualquier referencia que pudiera permitir localizar a quien habla, lógicamente. Ahora los fatalistas dirán, sí, es precioso pero ¿cuántas veces ocurre eso? Imagino que pocas y, sin embargo, ocurre. Así que quizás haya que observar con cuidado a quien se tiene cerca, quizás con sutileza y empatía pueda ser la persona que llevamos tanto tiempo buscando. Ella dice: «Yo le escuché con asombro y cariño. Curiosidad dentro de mí. Sin juzgar.» Me quedo con esta frase. Qué importante es no juzgar, qué importante es tener la paciencia de escuchar, especialmente en este mundo del BDSM.

Ojalá vuestros sueños se hagan realidad como se hizo con Mistress I. y owned{M.I.} Larga vida a esta relación.

Feliz 2020 

Scheherezade Dom