“Demuéstrame tu valor, paga tu tributo”
Hace poco leí este tweet, creo que es de lo más triste que he leído y por otro lado resume en lo que se está convirtiendo el femdom.
Vivimos, por desgracia, en mi opinión, en un mundo en el que a las personas se les mide por el dinero que tienen.
No se trata de desdeñar el valor del dinero, lo tiene, en todo, también en las relaciones, también en el bdsm.
Pero creo que no hay que confundir. El dinero puede formar parte del bdsm.
Obviamente en las Dominas profesionales, en general creo que en su caso se dedican a algo que les gusta y es vocacional.
Esto ha sido así desde el pleistoceno del bdsm, de hecho durante un tiempo era la única forma de conseguir llevar a cabo estas fantasías.
Luego llegaron las redes, durante un tiempo fue una forma perfecta de contactar con gente con los mismos gustos y fantasías.
Y como suele pasar, llegó el dinero.
El dinero forma parte de cualquier relación Ds, como un fetiche más, una manera de humillar, de someter.
En mayor o menor medida, el s se somete en todo: sexo, relaciones, servicio, economía.
O simplemente es una forma de adorar a tu Ama, de complacerla, mediante regalos, invitaciones (así es como en mi caso lo hago), o incluso, carece de importancia.
En cualquier caso, nunca, quitando el ámbito profesional, lo es TODO.
Creo que la mayor forma de amor es entregarte, entregar tu alma, tu yo, a alguien, y la mayor forma de amor es amar a quien se ha hecho tuyo voluntariamente.
Eso no se puede contabilizar en billetes, su valor es incalculable, quien no lo entienda no ha entendido nada.
Por otro lado, se suele decir que quien paga manda.
Aparentemente en este femdom de pseudopago no es así.
Soy una Diosa, así que mando.
Puede parecer que es el escenario ideal para dar vuelta al machismo de las relaciones, y es todo lo contrario.
Las Diosas se quejan de ser “fetiches”, curioso cuando se lee constantemente “solo eres una cartera, solo me importa tu dinero”, al mismo tiempo piden lealtad, fidelidad, respeto…
Difícil en una cartera, el dinero nunca ha sido leal, ni fiel, nunca ha tenido respeto ni por la vida.
“Tu valor es tu tributo”
Es hacia lo que vamos.
Yo, Señoras y niños, prefiero:
“Tu valor es tu entrega, tu adoración, tu alma siendo mía, el amor de tu sumisión hace que te ame poseyéndote.”
Pero yo es que soy un romántico, qué quieren que les diga.
Y además te llevo el desayuno a la cama y te compro unos zapatos