La sumisión como identidad relacional

Deconstruyendo la masculinidad tradicional

Ser hombre sumiso no es ni mejor ni peor que no serlo. Sin embargo, requiere un trabajo personal significativo. En una sociedad patriarcal, donde la mayoría hemos sido educados con una visión cis hetero del mundo, es necesario un proceso de deconstrucción.

Incluso en la FemDom, podemos caer en actitudes machistas que cosifican a las Mujeres que decimos adorar. Es crucial entender que la sumisión no se limita a rasgos de personalidad específicos. Hay tantas formas de ser sumiso como personas que lo son, pero todos compartimos esa pasión que nos invita a someternos.

El servicio como expresión de amor

En el servicio, realizado desde la devoción y el amor, expresamos nuestra sumisión y permitimos que Ella nos reescriba. Gestos como el ustedeo o ceder el paso son más que simples acciones; son parte de una nueva narrativa de masculinidad.

La dominación trasciende las prácticas y fetiches; es un modo de ser y de decirse. El hombre sumiso encuentra en el reflejo que Ella le da de sí mismo su máximo ideal: ser-para-Otro, ya sea durante una sesión o en una dinámica D/s a largo plazo.

Es crucial que el ofrecimiento de uno mismo no sea indiscriminado. Debemos escoger cuidadosamente ante quién nos sometemos, permitiendo que nuestras barreras se bajen y que Ella nos quite todas las caretas del alma.

fideldeGK

6 comentarios en «fideldeGK: relatos de una vida al servicio de Ella»

  1. Al hilo de la deconstrucción de la masculinidad, recuerdo a cierta persona afirmar que el hecho de dedicar a un sumiso a tareas y labores domésticas era poco menos que un desperdicio, sin embargo bajo mi punto de vista el servicio es justamente la base de este mundillo, y una excelente forma de calibrar el grado de humildad y entrega del postulante a esta condición.

    1. Bueno, Yo creo que cada una hace con el sumiso lo que le apetece siempre que se tengan claros los acuerdos, a partir de ahí pues nada que objetar.

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