Una mujer de 47 años narra su inmersión en el mundo del BDSM como Domme, enfrentando desafíos y buscando la auténtica Dominación Femenina. A través de su perseverancia, logra conectar con otras Dommes y formar un vínculo profundo con un sumiso que transforma su experiencia.

El Viaje de una Domme: De la Incertidumbre a la Conexión Verdadera

Iba a cumplir 47 años, acercarse a los 50 pesa y mucho. Los tiempos han cambiado. La figura de la mujer se ha empoderado y sentía envidia de las jóvenes y su libertad. Reflexioné y tomé conciencia de que me quedaba poco tiempo para conocer y disfrutar de aquello que sólo conocía por películas o novelas románticas : la Dominación Femenina. 

A pesar de tenerlo todo en contra, por la cantidad de circunstancias personales que lo impedía, me aferré con fuerza al lema AHORA O NUNCA. Me lancé a conocer el mundillo BDSM como Domme, sola, decidida y convencida de que empezaba a andar un camino prácticamente a ciegas, del que seguro iba a tropezar, y del que si o si, me tendría que reinventar, levantar y continuar. Cada tropiezo lo tendría que tomar como aprendizaje, no como fracaso. 

Con estas ideas me creé una cuenta de Domme en Twitter (ahora X) y otra en fetlife. Empecé a seguir a sumisos y a Dommes que compartían sus experiencias y emociones en primera persona y a otras cuentas que divulgaban sobre BDSM

Mi inicio de andadura conociendo a sumisos no fue como esperaba, iba de tropiezo en tropiezo. Era una cervatilla recien llegada, y los primeros que me dieron la bienvenida fue una jauría de lobos sumisos con piel de cordero. A unos los ves venir de lejos, pero los hay muy enseñados y pacientes que saben decirte justo lo que necesitas oír. Lo que leía en las redes sociales y en blogs de temática Femdom, nada tenía que ver con mi realidad.

El 95% (y me quedo corta) de los que conocí eran fetichistas de prácticas o dependientes de llevar collar de propiedad. A todos ellos, les daba igual que me llamase pepita o maricarmen, sólo querían demostrarme con prisas lo buenos sumisos desde sus fantasías. La mayoría de ellos, consideraban el control sexual, su forma de entrega más valiosa. Es escandalosa y decepcionante la forma con la que te sustituyen una vez les queda claro que no quieres nada con ellos.

El 5% restante corresponde a los que yo llamo sumisos de corazón. Son excelentes personas y auténticas joyas de sumisos, siervos y/o esclavos. Se quieren, se valoran y se protegen, no se arrastran pidiendo oportunidades. Son conocedores de la vulnerabilidad en la que se quedan cuando se entregan a los pies de su Dueña. Con ellos tenía otras conversaciones. Buscaban la seguridad y certeza de que les trataría con enorme respeto y no como un juguete o capricho pasajero. De entre ese 5%, que viviesen cerca de mi localidad y ofreciesen algo más que una entrega de sesiones en mazmorras… no conocí a nadie. Al año, el panorama que tenía frente a mi, era desolador.

Yo no era una Dómina profesional, ni pretendía serlo, pero se me trataba como si lo fuera. Existe la idea generalizada de que una Dómina amateur hace lo mismo que una profesional sin aceptar dinero pero sí tributos o regalos. Con lo que te acababas sintiendo una profesional sin serlo. Con este  estereotipo no me identificaba para nada, y es con el que tuve que lidiar todos los días. O me doblegaba y entraba en ese juego o me quedaba fuera de él. Lo intenté un tiempo, puse mi empeño y sesioné con sumisos con fetiches que llamaban mi atención, pero no se despertó en mi ningún sentimiento, era divertido si,  pero teatro. No era mi sitio y me convencí de que soñaba un imposible. 

Afortunadamente la vida me tenía reservada el conocer a cuatro personas maravillosas, y todo cambió a mejor. 

Por un lado, desvirtualicé a tres Dommes maravillosas afines a mi modo de entender la FemDom y que a día de hoy son mis confidentes y mi red de seguridad. Con ellas me atreví a ir a locales de BDSM de Barcelona e incluso asistí a un taller de iniciación al látigo. Hubiese asistido a más talleres para Dominantes, porque no somos seres de luz, necesitamos cierta guía, tenemos sumisos entregados, no conejillos de indias. Pero lo cierto es que los pocos que he visto de temática FemDom están demasiado enfocados en las fantasías y fetiches del sumiso.

La cuarta persona que me tenía reservada el destino la desvirtualicé casi de casualidad. Era un sumiso con el que apenas había hablado en Twitter y que sin sospecharlo siquiera cuando concretamos la quedada cervecera, se iba a convertir en el sumiso de corazón de mi D/s soñada. 

Han pasado casi dos años desde ese día y aún lo recuerdo como si fuera ayer. Hablamos de todo menos de nosotros mismos. Así nos conocimos de despistados y felices… pero al terminar y separarnos, el corazón me dio un vuelco. Me nació la ilusión de conocerle, de crecer como Domme teniéndole a mis pies, de conocerme mejor y explorar con él mi Dominación, de ayudarle a conocerse, a profundizar en sus sentires sumisos, de ser su Dueña, pero no su freno, de disfrutar su crecimiento, de fomentarlo, de crearlo y de gozarlo como propietaria.

Empezamos a conocernos. Intercambiamos días de sesiones con otros de paseos y charlas . Con mi D/s he descubierto que si se da la premisa de que las dos personalidades se cautivan, las dinámicas fluyen, las prácticas y los fetiches nacen solos, se vivirán como únicos, y esto, no sé como describirlo…sencillamente es Magia. 

Mi sumiso al que le gustaba ponerse lencería resultó que tenía en su interior una preciosa sumisa sissy a la que llamé betty. Esta transformación nació sola y sin prisas, y sé que ha sido gracias a que ambos hemos cuidado nuestro vínculo como oro en paño. Yo también me he transformado. De mis entrañas ha nacido una mujer valiente, decidida, desvergonzada, sexual, primal y protectora. 

Cuanta mayor entrega recibo de betty más intensos son mis sentires dominantes y más crece mi deseo de experimentarlos de formas diferentes. Esto me motiva siempre a buscar y crear nuevos escenarios donde desarrollar mi dominación. Al verme ilusionada, al compartir con ella mis deseos, y al hacerla partícipe de ellos, observo que la predispone aún más para ofrecerse y someterse. Nuestro vínculo se alimenta de esta maravillosa sinergia.

Justo ahora estamos redactando nuestro segundo Contrato de Sumisión. A nosotros nos ayudó mucho tener por escrito la D/s que queríamos vivir. Parece una tontería, ya que no tiene validez ninguna, pero además de ser un símbolo de unión es una herramienta muy útil para delimitar el espacio de seguridad donde poder entregarnos al vínculo relajados desde nuestros roles, confiados y sin malentendidos.

Así que a día de hoy, tengo muchos retos sobre el papel, y la ilusión me sigue desbordando. Estamos decididas a dar un gran paso en nuestra D/s. Después de hablarlo, incluso de tener alguna experiencia de prueba, hemos consensuado añadir en nuestras sesiones un sumiso bisexual que nos ayude en nuestro crecimiento, tanto a mi como Domme. como a betty como sumisa para que viva mas intensa su entrega y sexualidad en femenino. Siempre juntas, siempre en equipo.

3 comentarios en «Amaranta: mi camino hacia la D/s soñada»

  1. Emotiva historia de persistencia y determinación, supongo que en su lugar sería tentador echar la vista atrás y pensar cómo hubiera sido hallar a la persona adecuada sin tanta dilación; en este caso felizmente, no sólo halló experiencia y conocimiento en su camino, sino que lo coronó con la dicha de una preciada relación. Envidia sana por los dos.

    1. No sabemos si, en el caso de llegar antes, no hubiera cometido errores que le hubieran impedido disfrutar de la relación que ahora disfruta. A veces nos desesperamos porque no aparece la persona que creemos adecuada pero llega cuando llega y si tiene que llegar, que a veces no llega.
      Gracias por tu comentario

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