Durante mucho tiempo, este simple pero poderoso inicio de conversación fue la norma entre los sumisos que buscaban interactuar con una Dómina. Pedir permiso para hablar no solo era una señal de respeto, sino también un reconocimiento implícito del protocolo que regía este tipo de relaciones. Esta fórmula, aunque menos común hoy en día, indicaba que el sumiso conocía y valoraba las normas del BDSM, un mundo en el que el respeto mutuo y la cortesía eran/son fundamentales. Sin embargo, lo que alguna vez fue un pilar parece estar cayendo en desuso. Muchos no lo usan por caduco e innecesario. No utilizarlo porque no encaje con tu forma de ser tampoco te exime de conocerlo.
El otro día, en Twitter, me quedé perpleja con una persona que presume de ser una profesional de la FEMDOM que decía de forma despectiva que en el BDSM no existía el protocolo y retaba a que alguien le mandara el protocolo, según ella, inexistente del BDSM. Tiene miles de seguidores e imagino que decenas de ellos mantienen su estilo de vida. ¿Hace falta el protocolo? Es evidente que para muchas personas no hace falta. Para intentar ser alguien en este momento dentro de la FEMDOM a base de insultos y exigencias en las redes, ya eres una top y es estupendo si a los seguidores le funciona esos modos pero Yo lo veo de otra manera.
Volvamos al tema principal:
La importancia del protocolo en la presentación
Antiguamente, tras obtener el consentimiento de la Dómina, era común que el sumiso continuara con: «¿Me permite que me presente?».
A partir de ahí daban datos e iban desgranando cierta información formal en donde hacían referencia a su edad, procedencia, estado civil, si tenían experiencia en sumisión y, en ocasiones, se definían de manera más concreta con el uso de alguna etiqueta: sissy, masoquista, age play, abdl, pony play, fetichista, zorra, médical, rubberdoll, travestis o cross, etc y, de esa forma, facilitaban el camino para que la Dómina conversara con él o lo descartara en principio. Este acto no solo facilitaba la conversación, sino que también mostraba que el sumiso había reflexionado sobre sus deseos y preferencias, una señal clara de que se tomaba en serio su rol.
Reflexionar antes de someterse
En este blog Yo generalizo hablando de un tipo de sumiso estándar y, sin embargo, hay muchos subtipos de sumisos, al igual que hay muchos tipos de Amas, hay sumisos con un espectro amplio de gustos, fantasías y deseos. La diversidad en el BDSM es amplia, y cada relación debe basarse en un entendimiento mutuo de estas diferencias.
Una presentación de ese tipo, por parte de un sumiso, antes más frecuente que ahora, implicaba que éste tenía muy claro lo que buscaba, había investigado, había probado, se conocía a sí mismo lo suficiente como para saber qué activaba su sumisión. Para muchos, la mayoría, en realidad, la sumisión es un juego de rol. Y por juego de rol no trato de decir nada peyorativo ni que implique no tomarse en serio la sumisión, ni siquiera entenderlo en su vertiente más lúdica puesto que para muchos esta forma de entender el rol implica un fuerte compromiso hacia su Ama. Es diferente entender la sumisión como juego de rol con una cesión de poder temporal y aquellos cuya sumisión implica un control de más aspectos de su vida persona, hasta aquellos que desean ser controlados en su totalidad. Son sumisos siempre.
El carácter y el rol: una relación compleja
La idea general que se tiene al empezar en el BDSM es que carácter y rol están en sintonía. Posteriormente uno se da cuenta que no suele tener nada que ver y que, incluso, hay cosas que parece a simple vista que no cuadran. Dominantes con carácter dócil y dulce y sumisos seguros e independientes. Para algunos se produce una identificación entre rol y carácter y para otros no. Si el rol y el carácter es paralelo, lógicamente, ser sumiso o Dominante puede extenderse a facetas más amplias que al juego sexual (insisto en que no hago referencia a genitalidad). Si no están en sincronía sería absurdo pretenderlo.
La importancia de la autoformación en el BDSM
Hoy en día, muchos sumisos esperan que una Dómina o un Dominante les enseñe, les forme y les guíe desde el inicio. Este enfoque refleja una tendencia general hacia el infantilismo en nuestra sociedad, donde se espera que otros hagan el trabajo duro por nosotros. Sin embargo, entrar en el mundo del BDSM requiere madurez y responsabilidad. Lo idóneo sería que antes de sumergirse en este mundo, uno se hubiera informado y preparado adecuadamente para evitar desilusiones y, lo que es más importante, peligros.
El BDSM, como cualquier otra faceta de la vida, atrae a personas de todo tipo, incluidas aquellas con problemas mentales que pueden hacer de este mundo un lugar potencialmente peligroso. Es importante abordar este tema con seriedad y conciencia.
Conclusión: La sumisión y el respeto mutuo
Cuando comencé en este mundo, me sorprendía que algunos sumisos se presentaran con etiquetas específicas, lo que me hacía sentir que sus propios gustos limitaban mi libertad como Dómina. Con el tiempo, comprendí que, para muchos, su deseo determinaba su elección de Ama. Es decir, se sometían más a las prácticas que a la persona. Esto me lleva a una conclusión simple pero definitoria: la verdadera sumisión no consiste en buscar una Ama que se ajuste a sus gustos, sino en encontrar una conexión genuina y respetuosa con la persona detrás del rol.
Por mucho que me interese aprender sobre ciertas prácticas, nunca lo haré bajo las condiciones impuestas por un sumiso. Si la sumisión no está acompañada de un respeto genuino hacia la persona, no tiene valor para mí.
ScheherezadeDom
Muy buen post Señora. Totalmente de acuerdo.
Gracias
Hola de nuevo Señora. Este comentario suyo refleja lo que siempre hemos dicho, el mundo del anonimato que propician los chats y los diversos canales que tratan de esta temática camuflan a tantos “ sumisillos/as y Amitas/os” que lo único que propician es desconfianza e inseguridad a la vez que dañan es a los “auténticos/as” que sufren las “no respuestas a las peticiones”, el no confiar en quien se presenta de forma correcta y educada, etc. Las formas no caducan, somos nosotros los que caducamos las palabras y las hacemos que suenen desfasadas aún siendo en algunos de los casos sinceras.
Las palabras dejan de tener sentido real bien por su uso excesivo, bien por su desuso o bien por el uso continuado de quien no las emplea de una forma sincera.
¿Cómo debe presentarse un sumiso?: “¿me permite?, ¿está usted ocupada?, ….. cualquier forma pude ser considerada como en desuso. Entonces que debe hacer un sumiso para aspirar a conocer a una Ama. Dígamelo Usted.
Saludos cordiales y disfrute con su sumiso de unas fiestas maravillosas.
SEÑORA y jm{SEÑORA}
Desde luego lo que no debe hacer un sumiso es plantar una fotopolla más o menos elaborada, como por ejemplo que te manden una foto desnudo y con un cb, y sus múltiples variantes. A mí todo eso me resulta chabacano. Uno se presenta como es su educación, los que son educados les sale de natural y los que no pues también. A mí un saludo educado me vale para responder siempre que tenga tiempo de contestar, claro. Prefiero los protocolarios, lo he dicho siempre y si no con educación normal de calle me parece estupendo. Y que no hagan referencia al tiempo o a qué tiempo hace en Málaga.
Saludos y me alegra volver a veros por aquí, ya os iba a poner falta 😉
No sé si esto significa que va a volver a publicar algún post de vez en cuando, pero muchas gracias de nuevo por otro de sus reflexivos textos.
Buenas tardes, en este momento tengo algo de tiempo como para dejar programadas algunas entradas, así que por ahora habrá movimiento en el blog. A más comentarios, más movimiento, es lógico. Muchas gracias por escribir el tuyo