El BDSM requiere un proceso lento y gradual, similar a la carrera de un actor. La vanidad es el talón de Aquiles en este mundo, tanto en eventos reales como en redes sociales. El camino del BDSM es complejo, con información contradictoria y escasa sobre Femdom. La experiencia no siempre garantiza conocimiento, y la humildad es esencial.

He elegido la imagen de este actor porque es famoso, Daniel Craig. Lo recordamos en películas empezando de secundario hasta ir alcanzando papeles de mayor renombre. Fue poco a poco. No todos los secundarios llegan a ser protagonistas, algunos se quedan de eternos secundarios en papeles impagables. Cierto, esto no es un blog de cine. Es de Femdom. Pero quiero hablar de lo lento que se debe ir dentro del Bdsm. Hay que ir poco a poco.

¿Por qué el título del Talón de Aquiles? Porque hace referencia al punto débil. Todos lo tenemos y, a mi juicio, el talón de Aquiles del Bdsm es la vanidad.

Esa vanidad existe tanto en el Bdsm real de fiestas públicas o privadas como en las redes sociales. Apenas nadie queda a salvo de caer bajo la influencia de la vanidad.

El Bdsm es un camino complicado de iniciar y de continuar. Yo empecé hace dos años, le di la espalda durante ocho años estando ya en mi cabeza, pero cuando me decidí a entrar era un ámbito muy escabroso por el exceso de información en la red de conceptos, ideas y datos contradictorios. Muy poca información accesible de Femdom. Un mundo casi «dominado» por el Maledom. La poca información Femdom era de las webs y blogs de las Dóminas profesionales sin yo saberlo y sin saber porqué no me identificaba con esa imagen.

Horas, días, semanas y meses intentando desliar la madeja de términos en inglés hasta habituarme a ella. Preguntando a los Dominantes que eran los únicos que tenían la paciencia y el tiempo para responder a mis dudas. La gran mayoría, y mucho más aún, aquéllos que empezaron cuando internet no existía, hablan de la soledad de los inicios y de las dificultades. Así que no es fácil para nadie. Cuesta trabajo y contactar con gente que realmente sabe es complicado. ¿Y quién sabe realmente?

Cuando uno estudia cualquier disciplina, existe el principio de autoridad, ideas y teorías de incuestionable prestigio dados por personas cuyos estudios los han situado a nivel mundial como referente. Eso en el Bdsm no existe. Así que cualquiera que tenga un mínimo de experiencia, o se la invente, puede llegar a crearse un «nombre» haya tenido Amos, sumisos o todo parta de una fantasía. Muchos argumentan los años de experiencia, eso, en realidad, no quiere decir nada. Me he encontrado a personas con años de experiencia que han metido la pata hasta el fondo. Así que, eso no debe de ser algo determinante o garante del saber.

Si yo no sé de alguna práctica, hago un curso y pago para que me enseñen. Si tengo una duda respecto a algo pregunto a quien conozco y que pienso que sabe. No me duelen prendas en decir abiertamente que de algo no sé y observo. Y al observar he descubierto que muchas personas no saben pero aparentan que saben. Que «lucen» collares y devociones y que ese lucimiento sólo es fruto de la vanidad como si el Bdsm nos hiciera a todos distintos, especiales y por encima del común de los mortales.

Pues no. Sólo somos personas con otro tipo de sexualidad, que busca otro tipo de relaciones y vínculos, pero eso no me hace superior al mundo vainilla, ni mucho menos. Cada persona disfruta el derecho de vivir su sexualidad como pueda o como quiera.

Hay mucha gente dentro del Bdsm que se cree que todo se reduce a unos azotes, unas esposas, cera, pinzas, juegos con hielo y poco más. Si les vale, perfecto. El Bdsm se adapta a las personas y no al contrario. Pero el Bdsm puede y es mucho más que eso.

Si yo soy una persona mediocre en mi vida cotidiana seré mediocre dentro del Bdsm. Lo sorprendente es que muchos adoptan una actitud prepotente cuando están en su perfil o rol bdsemero. Una suerte de desdoble de personalidad sorprendente. No todos tenemos la capacidad de muchos artistas, hablo de Arte no de artisteo, que en su vida cotidiana eran unos completos desastres como personas y luego en su disciplina eran sobresalientes. Dudo que haya tantos «artistas» en el Bdsm. Lo común es que lo que proyectemos en un ámbito sea el reflejo de lo otro.

Por tanto, ni hay tanto Dominante espectacular, ni tanta Dómina con una cuadra casi infinita a sus pies de abnegados esclavos, ni hay tantos sumiso Alfa, ni tanta sumisa dispuesta a entregar con ciega devoción su mente y su cuerpo. Pura vanidad.

Todos deseamos ser únicos. Tener un nombre. Llegar a tener prestigio, especialmente los Dominantes. Todo realmente fatuo y absurdo cuando todos sabemos de nuestras miserias, nuestras dudas y nuestro eterno y continuo aprendizaje. Un aprendizaje sin fin, porque cuando este aprendizaje se acabe el Bdsm perderá por completo su interés.

 

4 comentarios en «Una reflexión: el talón de Aquiles del Bdsm»

  1. No creo que el BDSM tenga fin, identificando este como culminar el aprendizaje. Creo que el propio camino que uno recorre, es el aprendizaje y por tanto, mientras desee caminar, habrá aprendizaje y habrá BDSM (si es lo que uno quiere en sus vidas). Está claro que este mundo, incita a aprender cosas nuevas y sobre todo, a descubrirnos a nosotros mismos y a quienes se relacionan con nosotros. Pero no es distinto al desear conocerse a uno mismo en cualquier otro ámbito o querer conocer a otras personas fuera de las prácticas propias del BDSM.

    Respecto a la vanidad en el BDSM, eso si que es un tema realmente chirriante, sobre todo por el hecho de la búsqueda de una identidad, de destacar entre la muchedumbre, de hacerse notar cuando sabes que no vales lo suficiente para eso (porque lo sabes y por eso tienes que intentar dar el pego y cuanto más mejor). Lo triste es cuando esa vanidad, te ciega del tal manera que ya no sólo no quieres ver lo que otras personas hacen o dejan de hacer (el camino que ellos mismos recorren) sino que te obcecas y ni por donde vas pisando te vas dando cuenta. Vanidosos, envidisos… el saco es grande.

    Como siempre, un gran placer leer tus reflexiones, pero mejor es encontrarte cara a cara en eventos y echarse unas risas 😉

  2. Sin aprendizaje uno se estanca, si se estanca las relaciones se deterioran y lo que era un bonito vínculo D/s puede ir diluyéndose y aburriendo. Así que se acaba el Bdsm.
    Vanitas vanitatis. Quien crea que su nombre o su nick perdurará es absurdo. Ser conocido no significa ser respetado. Hacer correr un bulo contra alguien y que esa persona caiga en desgracia no es tan complicado en ámbitos tan reducidos como el Bdsm. Así que más nos vale tener los pies en el suelo y rodearnos de auténticos amigos.
    Gracias, como siempre por tu comentario. Ya volveremos a coincidir cualquier día.

  3. Nunca había identificado la soberbia como uno de los principales defectos del mundo BDSM (al menos no más que el mundo vainilla)

    Me vendrían a la mente otros aspectos:

    Miedo, inseguridad y desconfianza. A veces más en uno mismo que en la persona que tienes en frente.

    Celos, envidia y maledicencias, quizás más en redes y chats que en el cara a cara.

    Pero, que gran verdad la última frase. Me recordó a Ítaca, de nuevo.

    «Llegar allí es tu destino.
    Mas no apresures nunca el viaje.
    Mejor que dure muchos años
    y atracar, viejo ya, en la isla,
    enriquecido de cuanto ganaste en el camino
    sin aguantar a que Itaca te enriquezca.»

    O como leí en la puerta de un baño, una noche a las seis de la mañana: «Estúpido, no hay mapa del tesoro, el tesoro es el mapa».

    1. A veces en los baños se encuentran grandes verdades escritas sabiendo que son perecederas. Hablo de la vanidad en el BDSM. Exceptuando algunas personas con problemas de autoestima la mayoría caen en la vanidad. Imagino que porque todos queremos dar una imagen atractiva en las RRSS. Todas esas cosas que has añadido son ciertas, por supuesto, de la misma manera que es el hombre en lo social fuera del BDSM lo es dentro del BDSM. El BDSM ni nos hace mejores ni peores. Somos los mismos. La persona que es mezquina se comportará con mezquindad con su sumiso o con su Amo. No podemos ser personas distintas por el hecho de asumir un rol. Ojalá. De este modo podríamos decir que el BDSM nos hace mejores personas y no es verdad.

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