Blog para principiantes

El otro día vi por twitter que recomendaban mi blog para aquellas personas que se iniciaban en el mundo BDSM y creo que es un honor que se considere que sirve para los que empiezan. Recuerdo que cuando Yo misma empecé me sentí abrumada con siglas, teorías, protocolos, rituales, etc. ya lo he comentado en más de una ocasión. Ayudar a empezar a transitar un camino me parece una responsabilidad que me encanta. Me gusta compartir y me gusta ayudar. Así que perfecto. Lo que ocurre es que, sin duda, el blog, a mi juicio, debería tener diferentes lecturas, lectura para los que se inician, para los que desean encontrar respuestas o quieren hacerse preguntas. Para expertos, no, a esos Yo no les puedo aportar nada y soy consciente. Yo estoy aprendiendo.

También sé que tengo que ponerme las pilas si quiero conseguir un blog que resulte atractivo y, es cierto, estoy escribiendo poco, no cabe duda. Aunque no es que no escriba sino que no publico. Estoy, quizás, en un proceso de introspección debido a que estoy revisando lo que me gusta o no me gusta de la FemDom, lo que me creo o no me creo del BDSM y lo que empiezo Yo misma a cuestionar de mi propia imagen. Lo que me hace ir escribiendo e ir revisando una y otra vez lo que escribo, es por esto por lo que no publico.

La entrevista que realicé para Dómina Gina me ha llevado a reflexionar a propósito de mi papel en la Dominación Femenina. Y, bueno, me doy cuenta de que, en realidad, no tengo ningún papel, con sinceridad, más que el gusto de vivirla. Las grandes de este mundo han sido o fueron profesionales, mujeres como Dómina Zara que deja un legado impagable para las demás, y para la formación de muchas otras. Dóminas que dejan huellas y conocimiento en su saber estar y en su extraordinaria capacidad de comunicación como Dómina Cloe. Muchas otras tienen un recorrido profesional íntegro y coherente, a algunas las conozco en persona y a otras me encantaría conocerlas alguna vez.

Por mi forma de ser intento mantenerme al margen de disputas, procuro no entrar en competencias ni competiciones. No me suelo dar cuenta de si me dejan de seguir o si me hacen el vacío y si me doy cuenta procuro que no me afecte. No es que no me importe, sino que intento que no lo haga. Sinceramente, hablar públicamente de FemDom, de mi sadismo y de mi vida me ha supuesto cierta turbación. Saber que se me escuchará y que seré juzgada en algo que forma parte de mi vida personal, puesto que no tengo una imagen pública, me ha llevado a reflexionar en referencia de a hasta dónde sería capaz de llegar por mi deseo de comunicar y de vivir la Dominación Femenina. Y eso es lo que intento ir aclarando.

Escribir es una cosa, hablar y comunicarse verbalmente es otra. No sé si habré perdido seguidores o los habré ganado, mentiría si dijera que no me importa. Para mí es importante, porque este blog me importa mucho y me gusta que se acuda a él para entender cosas relativas al BDSM o a la Dominación Femenina fuera del marketing de algunos personajes más o menos visibles y fuera de estándares de lo que es correcto o no . Me gusta saber que se acude a consultar mi blog o que se lee por el gusto de encontrarse los pensamientos de una Dómina de a pie que se siente lejana de la imagen estereotipada de las redes, de las exquisitas profesionales o de las lacerantes chicas de hago lo que sea por un pagafantas que me mantenga. Me gusta saber que hay muchas personas que comparten mi visión humanizada de la Dominación Femenina, que sienten y experimentan situaciones similares a las mías, que lo viven en la intimidad de sus vidas. Que tratan de comprenderse y aceptarse.

Ser Dómina no es fácil, no es una ganga, no es un chollo, aunque muchas puedan sacar partido de esto. A mí no me parece algo al alcance de cualquiera, la verdad. Dominar a una persona no es echar un huevo a freír, no es pegar un sello, no es ver un partido de fútbol. Es complicado y difícil. Más si esa persona es tu pareja. Al menos, así lo pienso. Dominar exige mucha atención, mucha entrega y mucha empatía por parte del Dominante. Siempre nos quedamos en el ámbito de la entrega del sumiso y Dominar es una entrega de envergadura, también. El Dominante queda continuamente expuesto a la mirada del sumiso que te juzga, te observa y te analiza. Los errores pesan mucho al Dominante porque sabe que la responsabilidad última no sólo de la sesión, sino de la relación, recae en la persona que Domina. Para mí, que me lo tomo con esta seriedad, me resulta complicado gestionar este nivel de entrega y de control del sumiso con una vida profesional, familiar y con distintas aficiones, además de seguir aprendiendo y formándome como Dómina. Profundizar en mí es algo que puede ser apasionante y otras no lo es tanto cuando dudo o no veo claro por dónde debo tirar o hacia dónde debo seguir. Por este motivo, para mí tener varios sumisos, aunque me gustaría muchísimo, me parece complicado, a no ser que reúnan ciertas condiciones y que, con la confianza de tiempo, permitiera poder mantener una relación coherente y satisfactoria para todos los individuos de la relación.

Soy consciente de que a veces mi aprendizaje se estanca o mi entusiasmo se reduce al mínimo. También sé que escribo y cuento mis experiencias porque me gusta hacerlo. No me interesa enseñar, ni me interesa guiar, ni me interesa iniciar a nadie. Llegan sumisos implorantes de probar, algunas Amas que tienen dudas que intento responder con amabilidad, pero no trato de hacer esto ni una profesión ni nada parecido. Tampoco me siento capacitada para pontificar ni para determinar lo que es absolutamente correcto o no. Teniendo ciertas cosas, ciertos elementos claros el resto ya es cuestión de adaptarse. No puedo saberlo todo porque la psique humana es enigmática en muchos casos, porque me baso en experiencias y en lo que voy aprendiendo lentamente. Eso es vivir, ¿no? Pues vivamos