
Si consideramos el fetichismo como el deseo sexual puesto en un objeto estamos hablando de una parte que pertenece a un todo. Si leemos a Castilla del Pino nos explica que, cito textualmente:
El fetichismo surge…allí donde no es posible la aprehensión de la realidad como tal, es decir, como un todo en la cual nos sentimos instalados. El fetiche sexual -un zapato, una fotografía, unos cuantos cabellos..-, [surge] ante la conciencia de la impotencia frente a la posibilidad de poseer el objeto sexual en su totalidad…A medida que se incrementa el valor del fetiche se hace más inviable la posibilidad de intercambiar el fetiche por el objeto que primariamente se deseaba. En última instancia se cae en el ritualismo, en la adoración del fetiche, y se pierde la total comunicación con el objeto que simboliza…El fetiche se constituye así en objeto que puede ser dominado, en contraste con la realidad que representa, que es inalcanzable para el sujeto. De esta forma el fetichismo cumple el principio de evasión hacia la fantasía allí donde la realidad es inasible. [Extraído del libro de Julio José Segarra Vals titulado «Léxico psico(pato)lógico: En la obra de Carlos Castilla del Pino», pags. 156-157]
Me parece aclaratorio este pasaje para entender que existan personas cuyo fetiche sea el dinero y el todo sea la mujer inalcanzable, la Dómina. ¿Qué es lo que controla el fetichista? El dinero, luego para llegar a su auténtico objeto de deseo quiere cederle su dinero a Ella, para alcanzarla, llegar a Ella a través de lo que le compra, de lo que le adquiere, de lo que le paga. Esto en cuanto al fetichismo, pero no todos los fetichistas son sumisos, ni los sumisos fetichistas.
Muchos sumisos sienten un enorme placer con La humillación. Existen muchas formas de humillar a un sumiso y que este experimente placer. Una de ellas se obtiene con la conciencia de la pérdida del control, y experimentar sensaciones cuando lo pierden, especialmente en aquellos hombres de mucho carácter en su vida cotidiana, que son eficaces y buenos gestores. Personas con bastante o mucha responsabilidad que en una relación de Dominación necesitan y desean perderla. Dejarse ir, que la Dómina controle, les haga obedecer, los someta para que ellos puedan sentir la liberación de la pérdida de control deseada y, de este modo, recibir y sentir placer. Depositan el control de su vida en manos de la Dómina. Se entregan, durante un tiempo limitado, en el caso de una sesión, o un tiempo extenso que abarcaría más facetas de su vida.
Algunos hombres lo que entregan, lo que ceden es el control de su dinero luego ceden el poder a Ellas porque con ese gesto experimentan y sienten placer y, algunos, llegan a perder el control casi absoluto de ese dinero. Al perder/ceder el poder de su dinero experimentan la humillación y, por tanto, placer. Esto me hace pensar en comportamientos demasiado próximos a la ludopatía porque se intuye cierto carácter adictivo en este procedimiento continuado cuando la obtención de placer se pueda tornar en compulsivo a golpe de clics de ordenador.
La Dominación Financiera tiene múltiples variantes pero todas tienen como denominador común el depósito de dinero en la cuenta corriente de la Dómina. El fetichista/sumiso/cliente opta por varias modalidades para satisfacer las necesidades y deseos de la Dómina. En algunos casos la Dómina es tan inalcanzable que ni siquiera llegan a saber cómo es Ella en realidad, no llegan a verla jamás. Sus comunicaciones se realizan a través de múltiples formas: WhatsApp, Skype, correo electrónico, llamadas telefónicas a números de cobro para el sumiso/cliente o cualquier manera que permita la comunicación con Ella. En la mayoría de los casos con cada requerimiento de pago por parte de la Dómina obtienen numerosas humillaciones verbales para acrecentar y estimular su placer y, de esa forma, crear la dependencia.
Hay opciones adaptadas a cualquier tipo de recursos económicos: pagos diarios, semanales, mensuales. Asumir algunos o la mayoría de los gastos de Ella, factura de móvil, de la luz, créditos… Listas de deseos en Amazon en donde Ellas han dejado colgado lo que les gusta entrando así en competición con otros sumisos/clientes para que les preste atención o les dirija alguna palabra gracias a la obtención de determinados regalos.
Algunos eligen dar todo su dinero para que Ella lo administre dejándole escasamente lo justo para vivir pasando verdaderas dificultades económicas mientras Ella les muestra su vida acomodada gracias al dinero de él. Incluso algunos aceptan darle datos personales sensibles a Ella para ser constante y sistemáticamente chantajeados.
Un mundo extenso. Un mundo complejo. Un mundo accesible. La Dominación Financiera tiene una web exclusiva para ella y sin dificultad se puede llegar a alguna página donde se dan recomendaciones de cómo ser Dómina Financiera.
En tiempos de crisis se agudiza el ingenio.
Buen artículo y buen blog! Sigue así!
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Gracias, caballero.
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La Dominación Fianciera puede englobar muchísimas posibilidades más allá de las comentadas en este artículo (lo cual no hace que sea mal artículo, desde luego). Pero creo que este tipo de Dominación, puede ser una parte más cuando se trata de tener una dominación más total del sumiso/a.
Ya digo, todo esto, enfocándolo desde un punto de vista distinto al que el artículo menciona. En este caso, desde luego que la autora quiere enfocarlo desde el punto de vista fetichista y creo que habrá personas que lo descontextualizarán pensando en un tipo de intercambio profesional.
Por lo demás, un buen artículo y un buen blog. Felicidades por él. Sigue así 🙂
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Hay muchos tipos de Dominación Financiera incluyendo la Real pero no era el objetivo de este post. Gracias por tus comentarios, caballero. Me alegra leerte
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Reblogueó esto en VIPy comentado:
Buen articulo. a vision general.
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Produce placer cuando notamos que no tenemos el control i decimos a todo que si, una práctica aditiva y peligrosa, no aconsejó a nadie a probar este juego.
Muy bien explicado, felicidades por el post
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Yo la veo interesante (y más segura) en el seno de una pareja casada. Nosotros estamos en gananciales, con lo que en el caso de que un día me dejase los bienes generados durante el matrimonio realmente son de ambos y se repartirían: ese es el límite seguro.
Con esa garantía de seguridad, si la relación de D/s veo interesante introducir dominación financiera, que consistiría en que las cuentas corrientes, dinero en efectivo, tarjetas, etc … las controlara la parte dominante, y por el contrario la sometida no tuviera otra que pedir permiso a la dominante para acceder a recursos económicos, como si fuera un niño, incluso aunque el sometido traiga dinero a casa: de facto se habría de ingresar en una cuenta que sólo controlase la parte dominante.
En nuestro caso aún no hemos hecho algo así aunque tampoco me he opuesto a ninguna decisión financiera o de gasto por su parte, pero sí me gustaría que realmente fuera así algún día
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Puede ser una opción plausible la que propones. Sin duda, la confianza en una pareja daría mayores garantías de que pudiera ser una forma segura de dominación financiera aclarando límites, de todas formas. Ya nos cuentas qué tal va si lo hacéis. Saludos
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